Actualidad, religión y ciencia.-

No es secreto para nadie que me considero Agnóstico, y que me dedico cada día a aprender cuanto mas sobre aquello que desconozco, a través de la ciencia. Si hay algo en lo que realmente creo, y en lo que confío, es que todo ha de tener una explicación lógica. Desde el nacimiento y muerte de las estrellas, las órbitas de los cuerpos celestes, las teorías sobre la creación del universo mismo; como también me esfuerzo por intentar comprender los abstractos conceptos que la mecánica cuántica versa sobre las propiedades y leyes que rigen las interacciones a nivel sub-atómico. Cualquiera que tenga al menos una idea básica sobre lo que es la mecánica cuántica, sabe que no se basa en leyes como tal sino que más bien se trata de calcular las probabilidades de que un evento ocurra, o no. Y sin embargo, a pesar de que es una teoría basada en las probabilidades, realmente logra esquematizar y catalogar, explicar y predecir lo que sucede en el microcosmos.

En esta ocasión, he decidido plasmar mis inquietudes y compartirlas con aquellos que lleguen a leer este documento, en un intento esperanzado de aplacar mis temores, esperando que mediante la liberación de mis ideas logre conciliar el sueño nuevamente. El asunto es que me hallo consternado, preocupado, inquieto, no encuentro la palabra que describa exactamente lo que siento.

Si hay algo que me caracteriza es que soy fundamentalmente analítico. Paso la mayor parte de mi tiempo trabajando, durmiendo o jugando Counter Strike. Pero en los momentos que no estoy haciendo ninguna de las anteriores, o mientras hago algunas de ellas, me dedico exclusivamente a informarme sobre el acontecer mundial. No me encierro sólo en lo que sucede aquí, en Caracas, o sólo en Venezuela. Me gusta saber lo que sucede en todo el mundo habitado, analizarlo, intentar comprender los hechos y las reacciones, y buscar soluciones o predecir los acontecimientos sucesivos.

Es evidente para cualquier persona que se disponga plenamente de las facultades básicas inherentes a nuestra especie ( olfato,vista,oído,habla,capacidad motriz,raciocinio,creatividad,análisis crítico, entre otras), que las cosas no están bien a nivel político, social, climático, económico y espiritual. Basta con leer el periódico local, y leer los titulares. Asesinatos, robos, masacres, atentados, protestas, guerras y otros asedian a los ciudadanos.

En lo político, es panorama es sombrío y espeluznante. El comunismo fracasó en casi todo el mundo hace varias décadas, excepto en China, Cuba y Rusia. El socialismo ha fracasado también en la mayoría de los intentos de las naciones que han optado por tal doctrina, intentando llevar las riendas del país con un objetivo digamos humanitario, en el que se supone que todos deberían ser beneficiados del producto interno bruto tanto del sector privado como público. Es una suerte de amalgama de inversión privada y control gubernamental. El problema fundamentalmente con la economía es que la gente simplemente no confía mas en los bancos, y siente temor al confiar sus ahorros arduamente obtenidos, pues un día podrían despertar y encontrarse sumidos en la miseria. Como consecuencia, los bancos se ven incapacitados de realizar inversiones y préstamos, los cuales fomentan la economía, fortalecen el mercado e incentivan el comercio.

El capitalismo, que había tenido éxito rotundo, se vino abajo gracias a la ambición y egoísmo del hombre, a la naturaleza corrupta que se esconde en la profundidades de nuestro córtex cerebral. Los embajadores del mencionado sistema eran por supuesto los norte-americanos, y fueron ellos mismos los que sentaron las bases del inevitable colapso económico, que repercutió implacablemente a todas las naciones, dejando a los ricos en la miseria, a los que tenían poco en la calle, disparando la tasa de desempleo, causando el suicidio de aquellos que repentinamente perdieron el sustento y sus preciados ahorros. De haber controlado con un poco más de firmeza las actividades comerciales del sector privado se habría evitado tal colapso económico, pienso yo.

Nos encontramos entonces ante un panorama bastante desagradable nosotros, los jóvenes emprendedores, las ávidas mentes del futuro. Cuando me levanto por la mañana, a regañadientes y apresurado, me siento desdichado de verme en la obligación de vivir el tiempo presente. No quiero dar a entender que soy una persona melancólica, que vive pensando en el pasado, comparando las diferencias en el ayer y el hoy, viendo las pocas fotos que conservo de aquellos años. Mi desdicha es el resultado de una mezcla desatinada y aleatoria de producto final de las decisiones tomadas por aquellos que estuvieron aquí antes. Para mí, la mejor de las épocas fueron los 90´tas. En los noventas había una cantidad increíble de opciones para elegir, una explosión artística y tecnológica que evolucionó rápidamente ante mis ojos atónitos. En los noventas, éramos felices y no lo sabíamos.

No es posible generalizar, pues seguramente cada generación tendrá una opinión distinta según la época en la que vivieron sus años jubiles, y los medios económicos de los que disponían. Cada generación tiene una perspectiva distinta de los eventos que marcaron la pauta, y los que estuvieron ahí antes que nosotros han sido testigos de cómo nuestra especie a evolucionado a pasos agigantados en los últimos 6 siglos, gracias a la dedicación que miembros insignes de varias naciones han puesto en el estudio de las leyes naturales, con el afán de satisfacer la infinita curiosidad que forma parte de nuestra especie.

¿Y qué decir sobre la religión?. Aunque me mantengo al margen de los movimientos filosóficos y religiosos, siento curiosidad por sus raíces, métodos e historia. Es lamentable que la religión sea impuesta en las familias, como una especie de herencia espiritual. Si mis padres son católicos, antes de cumplir el primer año fuera del vientre materno ya seré llevado a un extraño templo, en el cual un hombre de aspecto recio e imponente llevará a cabo un ritual mediante el cual, a través de unas extrañas plegarias y rociarme con agua sobre una pila sagrada recibiré el espíritu de un dios omnipotente, omnipresente, todopoderoso, sabelotodo, extremadamente sanguinario, cruel y con problemas de mal humor. Cualquiera que haya tenido la oportunidad de leer algunos capítulos de la biblia cristiana notará cierta diferencia entre el antiguo y nuevo testamento, con respecto a la manera de resolver los problemas que este dios tenía. La primera vez  que los hombres le desafiaron, los echó del paraíso y les dejó desprovistos de su espíritu, el cual les daría juventud y vida eterna en un lugar en el que no existía dolor, miedo, odio, envidia, rencor, dinero, trabajo, armas de fuego ni armas nucleares.

La segunda oportunidad, cuando ya la especie había poblado este mundo y había establecido civilizaciones, el dios se sintió ofendido por la conducta de los hombres, a los que había provisto de libre albedrío para que hicieran con sus vidas los que les pareciera mejor, pero se le olvidó darles las pautas a seguir para evitar reprimendas celestiales. Así que, en lugar de educar y legislar, hizo una especie de ¨borrón y cuenta nueva¨ celestial y procedió a exterminar toda la vida sobre la tierra, tomando la precaución de avisar a un hombre que consideraba justo, indicándole que debía hacer un barco muy, muy grande en el cual debía cargar una pareja de todas las especies animales, junto con su familia, para repoblar la tierra. Inteligente táctica, pues se ahorró el tedioso trabajo de la creación desde el principio.

En una tercera oportunidad, este dios fué más objetivo. Disgustado por las maneras desinhibidas de los habitantes de Sodoma y Gomorra, los castigó enviándoles una lluvia de fuego y azufre que acabó con aquellos que intentaron escapar. Para los que se refugiaron en sus hogares, procedió a enterrar de cabeza las ciudades. Es un poco complicado de explicar con palabras, pero pienso que fué una vaina arrecha.

En una oportunidad, tuve un ¨debate¨ por llamarlo de alguna manera, con una misionera de los testigos de Jehová. La mencionada organización publica a nivel mundial, y en una gran cantidad de idiomas, dos revistas mediante las cuales hacen llegar la ¨palabra¨ a los fieles. ¨¡Despertad!¨y ¨ La atalaya¨ son los nombres respectivos de ambas publicaciones.

Ambas revistas son publicadas por la misma gente, pero su contenido es totalmente diferente. ¨La Atalaya¨ se trata exclusivamente de el tema teológico, y su objetivo es ayudar a los fieles a interpretar las escrituras. En cambio, ¨¡Despertad!¨ tiene una mezcla bastante peculiar entre religión y ciencia, que me resulta bastante interesante, además de que su presentación es de fácil lectura e interpretación, pero al final vienen con la misma mierda  hacen mención a lo que se conoce como ¨diseño inteligente¨ para explicar la compleja evolución de todo lo que nos rodea, desde los seres vivos hasta el universo.

Me gusta leer esta revista, por lo que al publicarse una nueva un misionero me la hace llegar directamente a mi trabajo. Fué en una de estas entregas, en la que se desató el intercambio de ideas.

La misionera, muy amable por cierto, me preguntó si estaría interesado en leer también ¨La Atalaya¨, a lo que respondí que no lo estaba, sin dar mas detalles para evitar ofenderle con mi posición agnóstica y que me comparara con el diablo, me dijera hereje, que el reino está por venir y blah, blah, blah.

Como insitió, le aclaré que no me interesa simplemente porque soy agnóstico, y que a pesar de haber leído la biblia en un par de ocasiones, sólo lo hice por curiosidad. Le dije que lo que me atraía de ¨¡Despertad!¨ era su fundamento científico, no más. Fué entonces cuando  todo se fué a la mierda  comenzó el debate, que fué algo así:

TJ: Pero si lo que te interesa es la ciencia, deberías saber entonces que la palabra estuvo antes que la ciencia. (Inserte aquí nombre de apóstol), antes de inventarse la ciencia, dijo que la tierra era un globo que flotaba en el vacío, y eso lo puedes comprobar en el (inserte aquí nombre de apóstol, versículo y demás referencia bíblica). Además, (inserte aquí nombre de apóstol, versículo y demás referencia bíblica) dijo que (aquí me dió otro ejemplo que no logro recordar). Y todo antes de que la ciencia siquiera fuera una idea en la mente de los hombres. ¿No te parece maravilloso?.

Indignado ante tal exposición de argumentos completamente errados y muestra de una ignorancia producto de las gríngolas teológicas, que envuelven en el misticismo a los piadosos, le respondí muy respetuosamente:

Yo: ¿Alguna vez escuchó Ud. nombrar a Eratóstenes?.

TJ: No.

Yo: Pues Eratóstenes fué un filósofo griego, que vivió 300 años antes del nacimiento de Cristo, y vivió en Alejandría. Fué el director de la gran biblioteca de Alejandría, la más grande del mundo en su época. Este hombre demostró mediante el uso de las matemáticas y la geometría, que la tierra tenía forma circular, durante el solsticio de verano, que es el día mas largo del año. Se dió cuenta de que una columna proyectaba una sombra de 7 grados al mediodía en Alejandría, mientras que en Asuán que estaba 800 kilómetros al norte, no se producía el mismo efecto. Calculó que un ángulo de 7 grados es la 50va parte de una circunferencia, y al multiplicar la distacia por 50, obtuvo aproximadamente el tamaño de la circunferencia de la tierra. Eso se llama ciencia, y fue mucho antes de Cristo. Creo señora, con mucho respeto, que debería documentarse un poco mejor antes de hacer tales afirmaciones, porque lo que está diciendo es mentira, y eso no es bueno.

Mi interlocutora se mantuvo unos segundos en silencio, asimilando el verguero de vainas que le dije toda la información que esplédidamente expuse. Acto seguido, mientras sacaba su biblia de un bolsito, comenzó a argumentar de nuevo, pero la interrumpí cortézmente explicándole que en este momento no podía seguir con tan encantadora conversación, pues estaba en horas de trabajo, y que tal vez en otra oportunidad podríamos seguir conversando al respecto.

Esto no es más que un ejemplo de cómo la sociedad se ha ido lentamente sin darse cuenta por el desagüe séptico, a consecuencia de la falta de interés por lo que es verdadero y palpable, prefiriendo la explicaciones simplistas y sin sentido del misticismo religioso. Es mas sencillo explicar todo por obra y gracia del espíritu santo, la palomita buena onda y el capo celestial que creó todo mientras se tiraba un peo, que intentar comprender la compleja cadena de la evolución química del universo.

¨¡Despertad!¨, abrid los ojos hermanos míos. La verdad está frente a nosotros, aunque decepcionante, es real.-