Yo nací en el año 1986, recordado por ser la última visita del cometa Halley cuya trayectoria orbital se acerca a la de la tierra cada 76 años aproximadamente. Como yo, hay miles de jóvenes que pertenecen también a la generación Halley, y viven cada día la vida que les tocó pues no tuvimos la oportunidad de elegir.
Nosotros vivimos los 90´tas a plenitud. Todas esas cosas maravillosas e innovadoras que ocurrieron en ésa dédaca, que revolucionaron el mercado y cambiaron los estándares sociales. Programas de Tv, música, libros, manifestaciones y demás, pudimos verlas desde nuestras casas pues éramos aún unos niños, pero las recordamos y aprendimos de ellas. Todas esas cosas fueron las que generaron el cambio radical en los patrones de conducta que seguimos y que nos diferencian de los demás.
Estudiando detenidamente las diferencias generacionales, he podido vislumbrar algunos detalles de interéz. Por ejemplo, si es cierto que nos tocó vivir la década del estallido Pop, también es cierto que estamos destinados a vivir la peor de las épocas modernas. Las generaciones anteriores disfrutaron plenamente de una situacion económica favorecida por el gobierno (en el caso de los jóvenes de la clase media), en la que se podía disfrutar de un paseo por las plazas y avenidas sin poner reparo en la hora, viajar a cualquier destino pues se disponía de liquidez económica. Se podía hacer cualquier cosa.
Pero a nosotros nos tocó vivir la época de la lenta y agonizante depresión social, que comenzó con la fuerte devaluación de la moneda en el gobierno de Luis Herrera Campins, y el gobierno de Pérez fué el que asestó el golpe de gracia. Nos tocó vivir el auge de la inseguridad y el consecutivo desarrollo hamponil, la explosión demográfica sin planificación que llenó la capital de ranchos a lo largo de las colinas que la rodean. Como yo, seguramente muchos vieron morir el sueño de viajar a Disney World, Epcot Center, Universal y otros que nuestros hermanos sí pudieron conocer y disfrutar, porque en su época se podía. A nosotros nos tocó vivir golpes de estado, desestabilizaciones económicas, disturbios, manifestaciones, marchas a cada rato sin sentido, elecciones, elecciones, elecciones. Y las que vienen.
También se hace evidente que mi generación lleva la batuta en cuanto a disidencia religiosa respecta. En épocas anteriores existía una fuerte tradicion católica, que era impartida en el seno hogareño, y que con el pasar de los años fué quedando en el pasado. Gracias a esto, ahora son muy pocos los que aún creen en las entidades religiosas tradicionales, lideradas por el hombre y evidentemente politizadas. Ahora estamos en la búsqueda de nuevos horizontes espirituales, libres de política y corrupción, venenos procedentes del egoísmo y avaricia del hombre.
Nos toca vivir lo que probablemente será la época más difícil de la humanidad. Somos testigos de cómo la burocracia capitalista se hunde en su propio estiércol, como la nación mas poderosa se lleva las manos a la cabeza y grita desesperada al no poder reestablecer su sistema bursátil. Nos toca vivir en la época de mayor contaminación ambiental, pobreza, guerras a cada momento con armas mucho más eficientes, revoluciones sociales, escacez de hidrocarburos y muchas otras cosas que están por venir y nos toca a nosotros enfrentar.
Entramos en la etapa de la adultez llenos de dudas e incertidumbre, pues ahora no sabemos si creer o no en lo que vemos en la Tv. Llegamos a la adultez sin rumbo a seguir, pues las decisiones aún las toman otros que persiguen metas personales, mientras puedan alcanzarlas.
Creo que como yo, muchos se pregutan ¿qué puedo esperar del mañana, si el hoy luce así?.-