miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Hacia dónde vamos? Parte I

El primer artículo que escribí este año (que bien podría considerarse el último del año pasado), es un resúmen general de mi vida personal, mi perspectiva de la vida y en resumidas cuentas estaba enfoncado en mi persona. 

En esta oportunidad, quisiera divagar un poco sobre todo lo demás. Sobre lo que pasa actualmente tanto a nivel nacional como mundial, cosa que hice durante la velada que compartí con mis amistades la víspera de año nuevo. Ahora que lo pienso, probablemente habré quedado como borracho impertinente o profeta del apocalipsis ante ellos, aunque creo que logré trasnmitir las razones que causan mi malestar.

Quisiera comenzar estudiando un poco el escenario nacional, pues es el que nos atañe directamente. Estamos viviendo una dura y larga etapa de cambios económicos, políticos y sociales que responden a la manera en que se había venido gestionando el estado desde hace muchos años. Dicha gestión se caraterizó por la privatización de los servicios esenciales para la cuidadanía, la preferencia de la clase media y alta sobre la marginal, que estaba conformada por la gran mayoría de los cuidadanos. Gracias a la marcada diferencia de clases sociales, los sectores menos privilegiados se veían obligados a trabajar cada día para ganar sólo lo suficiente para sobrevivir, viéndose privados de los bienes que tenían sobrado derecho a adquirir. 

Consecuentemente, tras años de ver cómo las cosas seguían el mismo curso se originó la necesidad de un cambio radical a nivel gubernamental. Como era de esperarse, un nuevo rostro apareció de entre los oprimidos ofreciendo el cambio que tanto anhelaban. Los partidos aliados que conformaban el polo patriótico ganaron sobradamente la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, haciendo antesala a la toma de poder del Comandante Hugo Chávez, el cual ganó el sufragio cómodamente. Apoyado por todos aquellos que deseaban un cambio, cumplió su promesa y antes de cumplirse un año de mandato ya existía una nueva constitución. Fué entonces cuando comenzó la división entre los que aún apoyaban el cambio y los que no aceptaron tal.

Han pasado ya 10 años desde que comenzó el proceso, y todavía quedan dos. En el transcurso de estos diez años hemos sido testigos de eventos insólitos. Corrupción, sicariatos, secuestros, inseguridad, movimientos armados clandestinos. También hemos visto cómo la inversión interna ha aumentado, se nacionalizó la industria de los hidrocarburos y demás eventos que son realmente de provecho para la nación.

Ahora existe la posibilidad de que se apruebe una enmienda constitucional que permita la reeleción inmediata de cualquier representante de la ciudadanía sin importar las veces que haya prestado servicio gubernamental, lo que resulta un arma de doble filo. 

Cada día que pasa el caos se hace más notable en las calles, y como consecuencia se ha desatado la anarquía entre la ciudadanía. Un ejemplo de ello es la violencia a manos de las personas por la falta de atención policial. Linchamientos, asesinatos, balaceras. Las personas están empezando a tomar la justicia en sus manos. 

La gestión actual ha puesto mucha atención en materia de relaciones exteriores, estrechando lazos con las naciones suramericanas y abriendo caminos con otras naciones del resto del mundo, mediante intercambios y alianzas que hasta ahora han demostrado ser de provecho en su mayoría. Pero cuando vemos la relación que existe entre Bolivia y Venezuela, se hace evidente que no se obtiene ningún provecho de todo el dinero que el estado le entrega a Bolivia. Mientras Venezuela financia casas para los bolivianos, los venezolanos viven en refugios y ciudadelas improvizadas, con la promesa de adjudicarles una vivienda si apoyan el proceso. Considero que tal cosa es despreciable, pues se aprovechan de la necesidad de los ciudadanos y les privan del derecho a elegir según su criterio.-

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