viernes, 22 de junio de 2007

Evolución. Personalidad. Proyección introspectiva. Parte segunda: De los principios.

Cada uno de nosotros, por lo general, trata de guiar su rumbo en función de ciertos parámetros. Estos son en su mayoría adquiridos del seno familiar y el sistema educativo; otros son autoimpuestos, pero siempre tratando de mantener control sobre las acciones y reflejos ante diversos escenarios. Éstos son los principios.

Pero entonces, ¿es justo juzgar las acciones de otros, difieren de nuestros principios?. ¿Debemos aspirar de los demás el mismo nivel de compromiso, honestidad, esfuerzo, abnegación, humildad y velocidad de respuesta que exigimos de nosotros mismos?.

Es común escuchar conversaciones en las que cada participante intenta resaltar el nivel de dificultad que representó superar determinada etapa de su vida, mientras que los demás participantes menosprecian la experiencia compartida tomando como ejemplo anécdotas propias. Pienso que las experiencias vividas pertenecen y tienen importancia y significado sólo para el protagonista. Es el quien vivió, padeció y aprendió de ella. Por tanto, lo que otros opinen al respecto carece de relevancia, ya que a pesar de haber vivido una experiencia parecida, los protagonistas son muy diferentes en cuanto a habilidad con las herramientas que posee y fuerza de voluntad para superar los avatares.

La sociedad es un complejo sistema de normativas y leyes creados por el hombre para tratar de controlar a la comunidad. Que hacer, cuando, donde y bajo que circunstancias; como expresarse y como vestir, los hábitos, rutinas, dietas y demás. La percepción que los demás tengan de ti, depende de esto.

Pero, ¿acaso me importa lo que digan o piensen los demás?.
Como yo, hay muchísimas personas que piensan lo mismo. No puedo permitir que el sistema me absorba y me transforme en uno más de ellos. Pero tengo que vivir con el. Tengo que sobrellevarlo, aprender a mantener mis ideales por encima de los estereotipos, pero mantenerme como parte de la sociedad para poder vivir. Digamos que seguirle la corriente, dejarlo colar, para cumplir mis objetivos.

No hay comentarios.: