Imagen tomada de: http://usuarios.lycos.es/risatotal/hpbimg/record_cigarros.jpg
El día de hoy, 2 de febrero de 2009, fué bastante particular. Gracias a un decreto presidencial de último momento, de ahora en más los días 2 y 4 de febrero son feriados no laborales, lo que significa que nadie debería trabajar y para asegurarse del cumplimiento de la resolución, comisiones especiales fueron asignadas con la potestad de sancionar y multar al sector privado.
Tal medida no tiene nada de extraordinario, pues ya se ha hecho costumbre (al menos para el sector privado) someterse a visitas inesperadas de fiscales e inspectores, que se valen de la mínima excusa para multar a los comercios y de paso clausurarlos por varios días. Cabe destacar que las mencionadas visitas son más frecuentes cuando hay elecciones próximas.
Como es de saber, mi trabajo es uno de los tantos que no se permiten el lujo de perder un día de ventas. No importa si es 24, 31, carnaval, semana santa, feriado, hay un golpe de estado o se está acabando el mundo. Pase lo que pase, se trabaja.
El objeto de estudio en éste artículo es un hecho que pude ver una y otra vez durante la mañana y parte de la tarde de hoy. Gracias al decreto de ayer, hoy es feriado, lo que significa que los distribuidores no hacen reparto de mercancía. Consecuentemente, el inventario del que disponía para trabajar era reducido: Las neveras estaban casi vacías pues no despacharon jugos ni leche; la producción de pan meguó por falta de harina; no tenía cigarrillos, entre otras.
Ésta situación podría haberse evitado si el anuncio del decreto hubiera sido al menos 2 días antes, digamos el viernes. De esta manera, el día sábado habría comprado el doble de mercancía.
Si hay algo que me fastidia mucho, es tener que decir las cosas varias veces. La venta de cigarrillos es la principal fuente de visitas del local, aunque la ganancia sea despreciable. Como no tenía cigarros, pues tenía que repetirlo constantemente.
Para agravar la situación, parece que simplemente las personas no prestaban atención a lo que les decía. Por ejemplo:
Entra un cliente, de esos que siempre están apurados y quieren que los atiendas primero, además de que siempre están gritando, son groseros y violentos. Se para frente al mostrador, y mientras golpea frenéticamente el cristal con una moneda, me dice:
¨Dame una caja de Belmont ahí chamín¨
A lo que respondo amablemente
¨Disculpe, pero no tengo cigarrillos¨
¨Bueno, dame media pues¨
¨Señor, no tengo cigarros¨
¨Dáme Consul entonces¨
¨No tengo cigarros¨
¨ ¿De ninguna clase?¨
¨Exacto. No tengo cigarros, ni tabacos, ni picadura. Sólo tengo chimó¨
¨Ah vaina, mamador de gallo no? Dáme una caja ahí chamín.¨
¨Señor, NO TENGO CIGARROS¨
¨Si no tienes cigarros,¿ para qué abres ésta Mierda entonces?¨
Imagínense ésta situación, pero no una sino varias veces, con varias personas, en el transcurso de 10 horas de trabajo, las cuales estuvieron llenas también de clientes que compraban compulsivamente como si la comida se estuviera acabando.
Me pregunto a mí mismo : ¿Qué parte de ¨No tengo cigarros¨ es la que no entienden?. ¿Es acaso muy complicada la alocución? ¿O es que el concepto es muy abstracto?. Si ponemos atención, al avisarle desde el principio que no tengo cigarros les hago un favor a ellos, y a mí mismo, pues evito perder tiempo negando la existencia de las demás marcas. Tan sencillo como que simplemente no tengo cigarros, de ninguna marca, ningún tipo, resumido en tres palabras :
¨No tengo cigarros¨.
Por otra parte, me he dado cuenta de que la mayoría de las personas no leen los anuncios y letreros que avisan sobre algo en concreto, cuyo único objetivo es evitar la pérdida de tiempo tanto para clientes como para empleados en situaciones como la antes descrita. No importa el tamaño que tengan, ni el color del papel y las letras. La gente no le presta atención a menos que salga una exhuberante promotora en bikini sosteniendo una cerveza o indique una oferta provechosa.-
1 comentario:
Fumar es nefasto, no lo hagan amigos
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