martes, 27 de enero de 2009

Ocio Académico.-


No recuerdo dónde ni de quién fué que escuché una frase, aparentemente trivial e insignificante, cuando en realidad está llena de sabiduría y certeza: ¨Lo más interesante de un cuaderno de clases, es la última página¨. 

En principio, tal frase parece sólo una alocución humorística y no se le presta atención. Pero al analizarla y llevar a cabo cientos de experimentos, se llega a la conclusión de que es una afirmación inequívoca e inevitable. Resulta que las últimas páginas de los cuadernos de apuntes son objeto de expresiones plásticas, versos, pensamientos y demás productos de la creatividad del usuario, que al verse víctima del tedio académico busca una salida rápida, o un medio de distracción.

Resulta del caso que mientras recordaba tal frase filosófica, decidí hecharle un vistazo a uno de mis cuadernos de apuntes de bachillerato, el cual reposaba inerte sobre mi mesita de noche. Al volver la vista hacia la mesita, el cuaderno pareció brillar con exhuberancia al sentirse objeto de interés. 

La imagen que encabeza el artículo corresponde a la portada de mi cuaderno. Como es de esperarse, es un cuaderno de espiral muy grueso, esos de 5 materias o algo así. Elegí uno de espiral simplemente porque toda la vida había usado cuadernos empastados, que a pesar de ser excelentes y son capaces de sostener firmemente todas las páginas que lo componen, desde niño había visto a estudiantes de cursos superiores llevar cuadernos de espiral sin entender por qué me era negado tal placer. Elegí uno de 5 o más materias porque estaba cansado de llevar en la mochila 9 cuadernos diferentes para cada materia, junto con 4 libros de texto que sumaban un peso considerable y molesto. 

A primera vista, mi cuaderno parece bastante normal. Apuntes de los objetivos a estudiar, ejercicios, cuestionarios y demás. 

Pero conforme avanza, lentamente se van evidenciando mis hábitos y expresiones artísticas. Por ejemplo, me gustaba tomar nota de los dictados sin dejar espacios entre párrafos. 

También acostumbraba hacer gráficos y tablas poco organizados, que dificultaban las cosas a la hora de estudiar:

Revisándolo detenidamente, encontré también numerosas muestras gráficas de ocio, plasmadas al azar a lo largo de los apuntes: 













Finalmente, no podemos olvidarnos de las dedicatorias que nuestros compañeros nos obsequian, dejándo la huella de lo que fué una amistad durante los años académicos: 






No hay comentarios.: