martes, 29 de septiembre de 2009

Manual para NO ser un cliente molesto. Capítulo II.-

   En el capítulo anterior realizamos un breve análisis de lo importante que es la paciencia cuando interpretamos el rol de cliente a la espera de ser antendido. En esta oportunidad nos enfocaremos en una actitud que generalmente los clientes asiduos suelen incurrir, y que resulta realmente molesta y en algunos casos hasta ofensiva.

Si hay algo que no se escapa al conocimiento de cualquiera, es cuan importante es la privacidad. Al hablar de privacidad no debe confundirse con la intimidad, como generalmente ocurre. Cuando hablamos de privacidad, hacemos referencia a el recelo que todos pueden sentir con respecto a la información que los demás podrían llegar a tener conocimiento sobre nosotros mismos. Por ejemplo, nuestro nombre, edad, signo, zona residencial, hábitos extracurriculares, nexos filiales con el patrono, prontuario criminal, etc.  

Es posible que en determinado momento, algún compañero de trabajo se refiera a nosotros por nuestro nombre, lo cual debe evitarse a toda costa ya que algún cliente impertinente podría aprovecharse de la situación y referirse a nosotros de manera imperativa, despectiva y demás maneras molestas e inadecuadas en sus próximas visitas.

Si por alguna razón Ud. llegare a conocer el nombre de cualquier dependiente de los comercios que visita con frecuencia, resérvese de llamarles por su nombre a menos que la persona se lo indique, y en caso de que la misma le solicite mantener tal información a resguardo de los demás clientes Ud. está en la obligación de cumplir con tal solicitud pues es un compromiso moral, ya que al facilitarle tal información es evidente que la persona ha depositado cierto grado de confianza en Ud.

Comprenda que el conocer el nombre de su interlocutor es un privilegio al que sólo algunos pueden acceder.

Otro aspecto importante a tomar en consideración es la relación que existe entre el dependiente y el cliente. Recuerde que la función de los dependientes es facilitarle el proceso de adquisición de los víveres y demás productos que Ud. necesita. No es su esclavo, ni su confidente, ni mucho menos su paño de lágrimas. 

Habiendo recordado lo anterior, absténgase de extender detalles de su vida privada, viscicitudes, avatares, lamentos y demás experiencias personales, pues de la misma manera en que el dependiente proteje su privacidad Ud. debería hacerlo también. En realidad, a la única persona que le resultan de interéz sus problemas es precisamente Ud.. 

Por otra parte, al evitar entablar monólogos sobre sus problemas con los dependientes Ud. está colaborando con el comercio, pues no está robando tiempo innecesariamente a los dependientes, que en lugar de escuchar las nimiedades que pueda Ud. expresar podrían atender a otros clientes, evitando escenas de gritos desesperados por atención y sonidos metálicos golpeando sobre cualquier superficie que genere disonancia auditiva.

Debe también Ud. abstenerse de indagar sobre la vida y demás detalles personales de los dependientes. De la misma manera en que sus problemas sólo le incumben a Ud., los problemas de ellos pertenecen a ellos, y por lo tanto no son de su incumbencia. 

Aunque Ud. no lo crea o no lo considere como tal, es realmente molesto tener que responder preguntas innecesarias sólo por compromiso, para no afectar la imagen de la empresa. A decir verdad, en lo absoluto tiene relación con el desempeño del dependiente si tiene o no esposa, novia e hijos; hasta qué grado estudió; si vive cerca o lejos; cuánto gana; si cree o no en Dios y la política; y demás babosadas que generalmente preguntan. 

Es muy importante que recuerde que cualquier observación con respecto a el físico del dependiente que crea conveniente comentarle, en realidad no es conveniente. Si Ud. considera que su interlocutor está gordito, muy delgado, tiene ojeras, es odioso, simpático o feo, conserve para sí mismo tales observaciones. En realidad carecen de importancia.-

 

1 comentario:

Marines dijo...

No estoy muy de acuerdo, pues la moral es suceptible de interpretaciones y decisiones; el derecho a la privacidad por supuesto; sinembargo las relaciones de negocios, familiares, personales etc, bajo un clima de camaradería amistad y respeto serán más productivas.
Saludos