domingo, 1 de marzo de 2009

Mi mente y el tiempo.-

Imagen tomada de: http://yurialexis.files.wordpress.com/2007/07/tiempo1.jpg

De entre las múltiples habilidades que dispongo, existe una en particular que aún no acabo de comprender, pues desconozco su origen y utilidad. Se trata nada menos de la sorprendente habilidad que tengo para controlar el tiempo. 

Hace muchos años comencé a sospechar que algo extraño sucedía, pero no lograba atinar a que respondía tan extraña sensación. No fué sino hasta la madurez que me avoqué a comprender el motivo de aquella extraña sensación que me abordaba durante ciertas tareas. 

En principio, la sensación de que algo extraño estaba pasando me invadía específicamente en dos situaciones. La primera era mientras me encontraba realizando cualquier tarea poco entretenida, generalmente por obligación. La segunda, mucho mas notable, mientras realizaba cualquier actividad de entretenimiento. Fué a partir de tal hallazgo que dí inicio a los experimentos que tenían como objetivo explicar y comprender la naturaleza del fenómeno. 

Una de las peculiaridades del fenómeno es que aparentemente siempre está contra mí, como si su objetivo principal fuera mi perjurio. Otro aspecto importante es que se manifiesta espontáneamente, independiente de mis deseos. 

Los experimentos llevados a cabo durante un plazo considerable, y con un cronómetro atómico como herramienta, comprobaron mis sospechas. Mientras hacía algo aburrido el tiempo avanzaba con lentitud, y cuando disfrutaba de lo que hacía avanzaba rápidamente.

Habiendo establecido las condiciones y variantes, me propuse aprender a controlar los efectos de tal habilidad, pero fracasé estrepitosamente. En lugar de sacar provecho de ello, sólo logré descontrolar y acentuar los efectos del fenómeno, haciendo de mi vida una miseria. Fuera de control, se manifiesta inoportunamente confundiéndome y esclavizándome, pues ahora no puedo diferenciar entre las actividades que me aburren y las que entretienen. El caso en el que se hace más notable la situación es en las horas de sueño. Cuando trato de quedarme dormido, un insoportable insomnio me ataca hasta desesperarme, y cuando finalmente logro quedarme dormido las horas pasan como si de segundos se trataran, provocando que al despertar sienta que no descansé nada. 

Para tratar de estabilizar de nuevo las cosas, planeo utilizar la psicología inversa. La idea es confundir a la parte de mi cerebro que manipula el paso de tiempo, haciéndole creer que me gusta hacer las cosas que me aburren y viceversa. Para ello debo prepararme mentalmente y dedicar mucha energía en tales actividades, a la vez que simulo sonreir a cada momento y demuestro alegría a los demás. 

Espero que mi plan funcione, porque de lo contrario la locura podría apoderarse de mi mente y encerrarme en una cápsula de tiempo en la que todo es aburrido y el tiempo pasa lentamente.-

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