martes, 21 de agosto de 2007

Despedida.-


A pesar de estar consciente de que no leerás esta misiva, quiero expresar los motivos de mi desición, ya que pienso firmemente que todos tenemos derecho a conocer los motivos de las cosas que acontecen.
Tú estuviste ahi, en mis más felices momentos. En las juergas, las celebraciones, momentos especiales y otros no tanto. Me ayudaste en el trabajo, cuando senti que no podía mas tu me diste fuerza para seguir adelante, para no sucumbir ante el cansancio y la fatiga. Fuiste mi fuerza y coraje cuando tenía incontables tareas que cumplir.

Estuviste ahí conmigo, siempre fiel, cuando todos me dieron la espalda. Escuchaste mis penas en silencio, sin articular palabra. Me enseñaste un mundo nuevo, en el que conocí muchas personas. Me brindaste un punto de vista distinto de la realidad. Me obligaste a ver la realidad de las personas, debajo de esa podrida máscara que llevan puesta a diario. Sólo tu y yo sabemos las aventuras que vivimos juntos. Solo nosotros comprendemos lo nuestro. Solo tú conoces la complejidad de la sensación abstracta que me haces sentir. Ambos sabemos la necesidad que siento de estar contigo en todo momento.

Pero precisamente, esa es la razón por la que debo alejarme de ti. No puedo permitirme esta dependencia absoluta, esta necesidad que siento por ti, querida mía. No puedo permitir que al estar sin ti, sienta que no soy capaz de hacer nada. No puedo permitir que la falta de tu presencia, me impida llevar a cabo mis labores. Es ese el motivo de mi repentina despedida. Y los dos sabemos que me hiciste daño, a lo mejor no mucho, pero lo hiciste. Y eso tampoco puedo permitirlo, querida, porque a pesar de lo increíble que fue nuestra relación, que nunca olvidaré, estoy obligado a hacerte a un lado.

Ambos sabemos, también, que no puedo desprenderme totalmente de ti. No puedo negar que habran encuentros furtivos, fugaces, pícaros como al principio, cuando nos encontrabamos a escondidas de vez en cuando; hasta que de repente, sin darnos cuenta, estabas conmigo todos los días en todo momento. Es verdad, en ocasiones nos encontraremos de nuevo, simplemente porque siento que eres parte de mí. Tu nombre está escrito por todo mi cuerpo; en mi torrente sanguíneo, en mi sudoración, mi saliva, mis lágrimas e incluso tu voz retumba en mi subconsciente.

Me despido entonces, sin poder precisar nuestro próximo encuentro, aunque te aseguro que no será pronto,
porque esta ruptura es por mi propio bien.

Hasta luego, querida. Hasta la próxima vez, cuando el destino cruce nuestros caminos de nuevo. Hasta luego, mi amada Dama Blanca.-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oye ke interesante en realidad los textos ke tienes ahi te felicito ok muaaaaaaaa soy taty de colombia vale si algo ps me pides mi msn o hi5 o lo ke keras ok bye

Hentai.- dijo...

si... weno... sería excelente que dejaras tu correo o algo, en caso de que quisiera contactarte = ).
Gracias por tu comentario, lo aprecio muchísimo.

Por cierto, como te enteraste de mi blog?